jueves, 12 de septiembre de 2013

Luz pulsada contra ojo seco


luz pulsada ch 

El tratamiento normal para el ojo seco crónico incluye medicamentos, colirios y ungüentos diarios para nutrir la superficie del ojo. En ciertos casos, se recetan suplementos de ácidos grasos omega 3 y esteroides tópicos. Cuando esta afección no se trata, el ojo seco crónico puede derivar en mala visión y cicatrices oculares.
El tratamiento con luz pulsada intensa está dirigido hacia los pacientes que sufren de ojo seco por exceso de evaporación, una clase crónica de este padecimiento. La afección es resultado de la rosácea ocular, que consiste en una inflamación de la piel del párpado debido a la cual las glándulas meibomianas en los párpados no producen suficiente grasa natural para lentificar la evaporación de las lágrimas. Cuando eso ocurre, los pacientes presentan una sensación de ardor o de tener arena en el ojo, visión borrosa y enrojecimiento de los ojos.
El tratamiento ofrece alivio a los pacientes que han agotado o no han podido tolerar las demás alternativas de tratamiento, tales como los colirios, las compresas o las pastillas de doxiciclina.
La terapia con luz pulsada intensa consiste en dirigir destellos de luz hacia los párpados inferiores y parte superior de las mejillas para calentar las glándulas palpebrales que están obstruidas con secreción estancada. El médico puede, entonces, exprimir manualmente la sustancia estancada en los párpados.
La mayoría de pacientes requiere recibir cuatro tratamientos mensuales para obtener el máximo resultado, aunque puede notar una mejoría transitoria después de tan sólo el primer tratamiento. A los pacientes gravemente afectados con ojo seco por exceso de evaporación se les recomienda recibir tratamientos de mantenimiento cada tres a seis meses.
La terapia con luz pulsada intensa para el tratamiento del ojo seco crónico fue autorizada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos en el año 2010. En Estados Unidos existen 30 centros que ofrecen este tratamiento, que ahora es uno de varios que componen el arsenal de tratamientos para el ojo seco crónico en Mayo Clinic en Arizona.
La Dra. Joanne Shen y el Dr. Dave Patel de Oftalmología, que realizaron estudios de máxima especialización en enfermedades de la superficie ocular, tratan a los pacientes con casos moderados a avanzados de ojos secos.
Otro tratamiento para el ojo seco en Mayo Clinic es el LipiFlow. Este sistema puede evaluar el espesor de la película de lágrima grasa en la superficie ocular. Dependiendo de la cantidad de glándulas meibomianas obstruidas, el paciente puede ser candidato al tratamiento con LipiFlow. Los doctores Shen y Patel reservan este tratamiento para los pacientes con ojos secos menos inflamados.
En este tratamiento, se coloca sobre el ojo una pieza ocular de uso único que, de manera controlada, aplica calor y masajea los párpados. Después de 12 minutos de masaje, las glándulas sebáceas obstruidas se vacían, permitiendo la producción de grasas sanas que son fundamentales para una película de lágrimas sana.
“Los pacientes con ojo seco crónico no solamente viven con una inconveniencia, pues la afección conlleva el potencial de repercutir sobre el campo visual, causar dolor y afectar significativamente su calidad de vida”, comenta la Dra. Shen.

Preeclampsia, el mayor riesgo de complicaciones en el embarazo


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La preeclampsia es una enfermedad cuyo origen es desconocido y que tiene repercusiones en la salud de la madre y el recién nacido. Por lo regular este padecimiento es motivo de hospitalizaciones prolongadas, ya que el tratamiento definitivo es la interrupción del embarazo.
Este trastorno hipertensivo exclusivo del ser humano se presenta aproximadamente en el  10% de los embarazos a nivel mundial, haciéndose visible con mayor frecuencia en países en desarrollo. Específicamente en el caso de México, el 52% de las complicaciones que se presentan durante el embarazo, corresponden a este padecimiento. La preeclampsia es una de las principales causas de muerte materna y es responsable de una alta morbi-mortalidad fetal.
Las adolescentes y mujeres de 35 a 40 años son el principal grupo de riesgo de padecerla. La preeclampsia se manifiesta por un incremento de la presión arterial después de la semana 20 de gestación y en el puerperio (cuarentena). Dolor de cabeza, zumbido de oídos, malestar en la boca del estómago y ver lucecitas, son los principales síntomas de alerta de la enfermedad.
Por lo regular, las condiciones de hipertensión se mantienen latentes hasta el momento del nacimiento del bebé. No obstante, la obesidad, la diabetes, el embarazo gemelar y un bajo consumo de calcio alteran este equilibrio y aumenta el riesgo de padecerla.
Según estudios recientes, la suplementación con calcio reduce el riesgo de hipertensión y preeclampsia durante el embarazo. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda se suministre suplementos de calcio para prevenir la aparición de esta enfermedad, sobre todo, a aquellas mujeres que tienen factores de riesgo en zonas con baja ingesta de este mineral.
El Dr. Zigor Campos, especialista en ginecología, médico de base de la clínica de ginecología y obstetricia No. 4 del IMSS comenta: “La ingesta diaria de calcio recomendada por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición es de 1,200 miligramos para mujeres embarazadas y de 800 miligramos para los adultos.