COLUMNAS
POLÌTICAS
México,
D.F., 02 de Julio de 2012.
CRONICA
PEPE GRILLO
Nueva etapaTransición es el nombre del juego.
Los ciudadanos diseñaron con sus votos, millones de ellos, un nuevo mapa político.
Los mexicanos, quedó claro, son cartógrafos imaginativos. El nuevo mapa no se parece a ningún otro.
La correlación de fuerzas experimentó un cambio diametral, incluso mayor del esperado.
La jornada electoral dura unas cuantas horas, pero sus efectos perduran por lo menos seis años.
Los funcionarios electorales y los ciudadanos hicieron su parte.
Votar es importante pero insuficiente para transformar el sufragio en vida democrática. Es necesario que ciudadanos se mantengan cerca de los asuntos públicos.
Pasó la elección, la democracia sigue.
Peña, presidente
El dato fundamental de la campaña presidencial fue la ventaja inicial de Enrique Peña Nieto.
El tema central fue, para unos, qué hacer para conservarla y, para otros, cómo reducirla.
La ventaja inicial de 20 puntos, inmensa, terminó aproximadamente a la mitad, suficiente para alcanzar una victoria indiscutible.
La maquinaria priista, acicateada por la posibilidad del triunfo, realizó una campaña profesional, impecable.
Enrique Peña Nieto fundamenta su fortaleza política en dos cualidades: concentración y disciplina.
No se dispersa, no se distrae, nunca baja la guardia; casi nunca, pues.
Hacemos votos porque haga un buen gobierno.
Avance perredista
El PRD nunca tuvo en sus cálculos la posibilidad de ganar la Presidencia de la República.
Esa es la razón por la que nadie impugnó la forma, digamos peculiar, en la que Andrés Manuel se hizo de la candidatura.
Los errores del PAN y la irrupción del movimiento juvenil 132, conformaron condiciones favorables para el crecimiento, no esperado, de la campaña del tabasqueño.
La izquierda queda bien perfilada para el 2018. Lanzarse a un conflicto postelectoral sería un error histórico.
Caras largas
El PAN experimentó en los últimos doce años un desgaste brutal.
Al cabo de más de una década de gobierno, queda poco, casi nada, de la algarabía popular que generó el triunfo de Vicente Fox en el año 2000.
De la felicidad del 2000, a la inquietud del 2006, al abatimiento del 2012.
La caída tiene tintes de catástrofe.
Hoy mismo, Acción Nacional debe comenzar el recuento de los daños. No es la primera vez que un partido que detenta el poder del gobierno federal cae al tercer lugar.
Le ocurrió al PRI en el año 2006, y no faltaron analistas que auguraron su extinción. Ninguna derrota, lo vimos ayer, es para siempre.
Jefe de Gobierno
Para nadie fue una sorpresa el triunfo, por demás holgado, de Miguel Mancera.
El ex procurador será el nuevo inquilino principal del Palacio del Ayuntamiento.
La hegemonía perredista sobre la capital del país no retrocede, se subraya.
A pesar de esto, es crucial que Mancera tenga presente que su compromiso es con todos los capitalinos, no sólo con los enclaves perredistas.
Muchos ciudadanos le dieron su confianza, precisamente porque Mancera no emanó de una de las tribus amafiadas de las izquierdas, es un funcionario público serio y eficiente.
La regresión autoritaria es un mito a nivel federal, que no se haga realidad en la capital de la República.
CRONICA
CONFIDENCIAL
LEOPOLDO
MENDIVIL
LIC.
ENRIQUE PEÑA NIETO, PRESIDENTE ELECTO DE LA REPÚBLICA:
Este nuevo día es el inicio de otra época. Aunque venzas a los demás en batalla, aconsejó Jialin en El Arte de la Guerra, si la prolongas demasiado no habrá beneficio. Así pues, será necesario resolver lo antes posible el fragor postelectoral porque las ilusiones de la campaña deberán medirse en batalla, a partir de hoy, con las rémoras de la realidad. En los cinco próximos meses deberá usted rediseñar su estrategia para la batalla que iniciará en diciembre próximo. En consecuencia, si mi responsabilidad como periodista es vivir la realidad, me permito recomendarle que revise bien el mundo entero y defina lo que de fuera vendrá a oponerse a sus promesas de campaña. Pero como el buen juez por su casa empieza, déjeme, primero, contarle lo que estará ocurriendo dentro, cuando el uno de diciembre inicie su tarea: 1.- El nuevo presidente trabaja siempre con el presupuesto que su antecesor le deja, y eso significa el primer freno al inicio real de su gobierno. Será necesario que su estratega de campaña, Luis Videgaray, retome de inmediato su instrumental económico y financiero para cabildear por igual en el Ejecutivo como en el Legislativo en busca de mayores posibilidades para arrancar su programa de gobierno. 2.- Pero siendo una tarea difícil de lograr por el choque entre las ideas del gobierno que sale y las del gobierno que llega, importará mucho que comience de inmediato la preparación del país, en lo social y en lo político, para avanzar cuanto se pueda para aminorar en lo posible las consecuencias de la realidad interna, bien aprovisionada de situaciones de peligro por estar combinada con factores externos. Por ejemplo, los muchos capitales golondrinos que vinieron a refugiarse en la buena situación financiera del país; 92 mil millones de dólares integrados a la reserva monetaria del país, pero prestos a emigrar en cualquier momento, incluso en estampida si, como es su naturaleza, huelen algún riesgo. 3.- A lo anterior agreguemos las fluctuaciones a la baja de los precios petroleros, que tanto peso tienen en el financiamiento del gasto público. El país librará en este aspecto el resto del año, pero nadie puede meter las manos al fuego por el próximo. Es urgente agregar este rubro en las negociaciones presupuestales en la Cámara de Diputados. 4- En lo eminentemente externo, anteayer mismo, en los Estados Unidos, Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, y Timothy Geithner, el jefe del Departamento del Tesoro, urgían al Congreso a tomar las decisiones necesarias para evitar la bancarrota nacional que, exclamó el primero, “puede estallar tan pronto como ahora mismo”. Si somos tan dependientes de la economía estadunidense, sobra hablar de las consecuencias que esto le acarrearía a México. Urge, presidente electo, preparar al país a efecto de que si este escenario se llegara a configurar, quedará muy claro que la responsabilidad no estuvo en el DF sino en el DC de Washington. 5.- Pero en lo interno, lo más importante está en restañar las heridas políticas de la campaña, para de ahí comenzar a trabajar en la más urgente de todas las tareas, que es la reconciliación nacional. Llega usted a la Presidencia con el baldón que sigue siendo su propio partido, el Revolucionario Institucional, como quedó más que manifiesto con el despertar juvenil a través del movimiento Yo Soy 132. Urge demostrar, lo antes posible, que el PRI de ayer de ninguna manera prevalecerá; que se acabó el abuso del poder; que ya nada hay entre la autoridad y el ciudadano común; que su gobierno de verdad va a ser un paso trascendental hacia la democracia integral. “Dado que muchos de los males políticos, económicos y sociales del país no tienen solución inmediata”, el economista y periodista Héctor Barragán expresó en días pasados que “una forma de enfrentar la frustración -que no es otra cosa sino una crisis de confianza en nuestras capacidades para cambiar nuestro entorno– es luchar para que los políticos rindan cuentas de sus actos. En otras palabras, México requiere un gran pacto contra la impunidad. Una acción de esta envergadura tendría otro efecto importante en la construcción de una nación moderna: contribuiría a desmitificar la arraigada idea de que el gobierno es el proveedor de todo, que es el segundo seno materno de los mexicanos. Sería un paso crucial hacia la creación de un Estado de ciudadanos, y sería la muerte del súbdito”. Es, pues, imprescindible inaugurar cuanto antes la ruta hacia la ciudadanización integral del país. No puede México seguir llamándose una democracia cuando sus gobiernos se niegan a entender que los ciudadanos también tienen la palabra en la construcción de su país. En esta campaña, la ciudadanización avanzó miles de millares de kilómetros en la carretera de su inclusión activa dentro de la escena nacional y no veo cómo, ni pienso que pueda haber un camino de retorno a la subvaloración de la gente. Ese México se acabó ya y resultaría muy costoso por lo menos intentarlo. Se trata de avanzar juntos, la gente y su gobierno, en un ambiente de colaboración y de corresponsabilidad. Esto es algo que ya no resiste más ser tan sólo un discurso de campaña para luego desaparecer..., en la pantalla del gobierno, que no en la de los ciudadanos. Esto ya despertó, presidente electo. Puede ser la democracia real que a todos conviene. Y sólo hay una oportunidad. Sumarse… |
EXPEDIENTE
POLITICO
JOSE
CONTRERAS
Los
resultados de la jornada electoral de ayer confirmaron lo que ya se veía
venir: la debacle del partido en el poder.
El PAN no sólo perdió la Presidencia de la República, que mantuvo durante 12 años, sino los estados de Jalisco, en donde gobernaba desde hace 18 años, y de Morelos, en donde gobernaba desde hace 12 años. La debacle electoral del PAN viene acompañada de su derrumbe moral. Le costó 61 años de su vida llegar a la Presidencia de la República, pero el hombre que llevó al partido por primera vez a Los Pinos, Vicente Fox, está a punto de ser expulsado. Quien era dirigente nacional del PAN cuando este partido ganó la Presidencia de la República por segunda vez, Manuel Espino, ya fue expulsado. No será fácil para los panistas asimilar que el periodo del PAN como partido en el poder sólo haya durado 12 años y que, al término de éstos, se haya convertido en la tercera fuerza electoral. ¿Qué la pasó al PAN? La pregunta deben responderla principalmente quienes han tenido en sus manos la conducción de este partido en los últimos seis años. Durante el actual sexenio, el PAN adoptó una de las principales características de lo que fue el PRI durante los 70 años de régimen de partido único: la unión umbilical entre partido y gobierno. Quienes desde el gobierno controlaron al PAN buscaron a toda costa ampliar sus espacios de poder, pero degradaron paulatinamente al partido en el intento. El presidente Felipe Calderón se hizo cargo del gobierno federal a partir del 1 de diciembre del 2006. Y casi a la par, tomó en sus manos las riendas del PAN. Operó para que uno de sus más cercanos, Germán Martínez Cázares, asumiera la dirigencia nacional, con miras a las elecciones federales del 2009. La estrategia de choque emprendida por Martínez Cázares en contra del partido que crecía, el PRI, tuvo resultados desastrosos y en las elecciones del 2009 el PAN sufrió un severo revés. En esas elecciones, el PAN perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, cinco de seis gubernaturas en disputa y el llamado corredor azul, compuesto por varios municipios del Estado de México que Acción Nacional gobernaba desde muchos años atrás. Martínez Cázares dejó la dirigencia y entró al quite otro cercano a Calderón: César Nava. Durante la gestión de Nava empezó el desdibujamiento ideológico del PAN, a partir de una campaña de afiliación que permitió inflar de manera descontrolada el padrón panista. La decisión de aceptar la afiliación al PAN a través de internet permitió que decenas de miles de ciudadanos se convirtieran en adherentes, sin pasar por las pruebas de afinidad ideológica y de honorabilidad tradicionales. Muchos de estos neopanistas fueron usados por líderes panistas regionales para definir candidaturas a cargos de elección popular. El clímax del desdibujamiento ideológico llegó cuando el propio Nava negoció alianzas electorales a nivel estatal con el PRD, el partido que había declarado “ilegítimo” a Felipe Calderón. Estas alianzas ganaron en tres estados, pero con tres ex priistas, de los cuales sólo uno tiene cierta identificación con el PAN. Luego vino un accidentado proceso interno para suplir a Nava en la dirigencia nacional y otro más accidentado todavía para definir a la candidata presidencial. Nuevamente el factor Calderón fue determinante. Josefina Vázquez Mota nunca fue la favorita del Presidente de la República y eso se reflejó en la campaña. Cuando los panistas superen el shock sufrido ayer, tendrán que reflexionar sobre todo lo que los llevó a esta debacle electoral y moral. Alguien tendrá que dedicarse a recoger los pedazos y a tratar de reconstruir ese partido. OFF THE RECORD **FEPADE, A PRUEBA Hasta antes de la jornada electoral, la Fiscalía Especializada en atención de Delitos Electorales (Fepade) había consignado a 380 personas. Será interesante hacer un seguimiento de esos procesos penales: cuántos de los consignados recibieron auto de formal prisión y cuántos de ellos sentencia condenatoria. De ese balance dependerá el que se siga pensando o no que la Fepade es un elefante blanco. **LOS REACOMODOS Superado el susto de la jornada electoral, vendrán los reacomodos en todos los partidos políticos, incluso en el ganador de la contienda presidencial. En los que perdieron habrá ajuste de cuentas y en el triunfador se registrarán movimientos naturales derivados de la conformación del equipo de transición. Y en todos, dentro de muy poco tiempo se iniciará la rebatiña por las coordinaciones parlamentarias en el Senado y en la Cámara de Diputados. **TRAVESURA EN TRIBUNALES Dicen los que saben –y lo dicen con mucha seguridad— que un tribunal aprovechará la efervescencia postelectoral para dar a conocer una decisión polémica. Se trata de un fallo que permitiría a Telmex ofrecer servicios de televisión de paga. La SCT le puso varias condiciones a Telmex para que pueda incursionar en la televisión. La empresa recurrió al Poder Judicial y alegó una afirmativa ficta derivada de la supuesta negligencia de un funcionario de la Cofetel. Esa afirmativa ficta le permitiría ofrecer el servicio que pretende. Pues el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito del DF ya tiene lista la sentencia que le da la razón a Telmex. La que se va armar. |
ECONOMISTA
EL
GREEN
EL
CADDIE
OPEN.
Pasado
el periodo electoral deberá venir la calma y los cambios y movimientos que se
espera “destraben” a las telcos, uno de los sectores más dinámicos de la
economía, pues hay que recordar que en fechas recientes se hicieron anuncios de
gran relevancia, como la aprobación del “Convenio Marco” o el programa de
licitación de frecuencias de TV, aunque lo importante será que el nuevo
gobierno dé continuidad y concrete esos proyectos. Dicho sea de paso, el
“Convenio Marco” lleva una semana en consulta pública y sigue la participación
de los interesados.
DRIVE. Aunque con algunos topes en
el camino, la industria automotriz mexicana tiene muy buenas perspectivas de
crecimiento de corto, mediano y largo plazos. En primera, la economía
estadounidense sigue creciendo y demandando vehículos mexicanos, pero sobre
todo, el TPP, que se traduce en mayor apertura de mercados, en especial los de
mayor crecimiento, dará un mayor potencial a la industria sin frenos.
PUTT.
Circulo
vicioso. En un informe difundido el viernes pasado, Pascal Lamy, director
general de la OMC, informó que “en los siete últimos meses se han seguido
imponiendo restricciones comerciales”, con 182 medidas nuevas. “La ola más
reciente de restricciones del comercio no parece tener por objeto luchar contra
los efectos temporales de la crisis, sino tratar de estimular la recuperación
por medio de planes industriales nacionales, lo cual en general es una cuestión
a largo plazo”, dijo.
CADDIE.
El
organismo regulador de la competencia de Italia amenazó a Apple con más multas
por hasta 300,000 euros (US381,000) si no le ofrece a sus clientes locales una
garantía gratuita por dos años, tal como establece la ley italiana. En Italia,
los consumidores de productos electrónicos y de otros bienes duraderos tienen
el derecho de obtener dos años de asistencia gratuita, independientemente de
otras garantías.
BACKSPIN.
Las
opciones. Research In Motion (RIM), el fabricante de BlackBerry, está bajo una
presión cada vez mayor para considerar opciones, como vender su negocio de
redes o formar una alianza con Microsoft. RIM anunció que el lanzamiento de la
línea BlackBerry 10 ha sido postergado hasta comienzos del 2013, más de un año
después de lo originalmente prometido. Y es que RIM debe evaluar más opciones,
una de éstas es abandonar su propio sistema operativo y adoptar el inminente
Windows 8 de Microsoft.
CAFÉ
POLITICO
JOSÉ
FONSECA
2 de julio de 2012
Elecciones tranquilas, como corresponde a una democracia representativa.
Los votos contaron y se contaron bien. Optaron por la alternancia. En la
democracia valen igual los votos indecisos, informados, razonados, inducidos o
impulsivos.
Habrá quejas. Hay instituciones para resolverlas, pero la gente también
quiere una Presidencia fuerte.
Un reto para el próximo Presidente de México, Enrique Peña Nieto:
negociar con los propios a quienes eso no les agrada particularmente.
Y resistir inteligentemente a tantos sectores de la sociedad a quienes
no conviene la Presidencia fuerte que necesita México.
Partidos, ajuste de cuentas
Aunque los candidatos y partidos perdedores de la elección de ayer
seguirán adelante con sus impugnaciones, para ganar en la mesa de la autoridad
electoral lo perdido en las urnas, tienen otros pendientes.
En el PAN es inminente un ajuste de cuentas, reflejado en la eventual
disputa por relevar al dirigente nacional Gustavo Madero. Habrá dura lucha
entre tradicionalistas y calderonistas.
En el PRD, la actual dirigencia nacional, dividida entre chuchos y pejistas
vivirá una batalla campal, porque si Morena no alcanzó para ganar la
Presidencia, bien puede ser la plataforma para difuminar al partido.
Pensiones, ¿crisis inminente?
Muchos especialistas alertan sobre una crisis inminente, la de las
pensiones.
Es posible que, como dicen quienes saben de estos temas, el tema
pensionario podría ser crucial para la salud financiera de la República.
Pero también es posible que tantos y complejos intereses en torno al
asunto de las pensiones deban esperar a que el nuevo Presidente de la República
decida el rumbo.
NOTAS EN REMOLINO
La elección de ayer demostró que, cuando se dirime la lucha por el poder
en una democracia como la nuestra, no es cosa de “ya nos toca”, sino de ganar
con votos… En este espacio de El Economista se consignó desde hace casi tres
meses la posibilidad de que la profesora Elba Esther Gordillo con su habitual
pragmatismo, decida que su retiro está cerca, como lo dijo a una radiodifusora…
A pesar de tantos temores, al final del día, el Presidente Felipe Calderón
decidió asumir la neutralidad del Jefe del Estado, vital en una democracia como
la nuestra… A pesar de los esfuerzos de algunos grupúsculos del crimen
organizado no lograron desarticular las elecciones de ayer. Por eso fue un
error de Gustavo Madero advertir el pasado sábado de riesgos en 15 mil
casillas, sobre todo por incluye como factor la inseguridad. No se dio cuenta
que es un bofetón al gobierno calderonista… Suena aventurada la afirmación del
Washington Post de que el Presidente Calderón se iría a vivir al extranjero con
su familia. No olvidar que la señora Margarita Zavala es candidata al Congreso
de la Unión… Ay, Pedro Joaquín Coldwell, ¿qué necesidad?...
EXCELSIOR
FRENTES
POLITICOS
I.En
la jornada electoral más nutrida de los últimos tiempos, el triunfo de Enrique Peña Nieto,
por voluntad de los votantes, marca el regreso del PRI después de 12 años. Así
lo quiso una mayoría. El originario de Atlacomulco es el primer priista que no
llega por un dedazo
desde la Presidencia de la República. Toca ahora la reconciliación y, como
dijo, gobernar para todos, donde se privilegie a México por sobre los intereses
de partido y se combata sin tregua al narcotráfico, la ignorancia y la pobreza.
La sorpresa: cuando el auditorio de la sede priista reconoció con aplausos la
llamada de felicitación que Felipe
Calderón hizo al candidato triunfador.
II.El
presidente demócrata y de los infortunios. Que Felipe Calderón es un demócrata lo
sabíamos todos. Ayer, de manera clara, sin rodeos, reconoció la voluntad
popular y el triunfo del priista Enrique
Peña Nieto. Incluso lo felicitó telefónicamente. No hubo
trampas. Los misiles que algunos auguraban o los golpes bajos nunca llegaron.
Quedó de manifiesto que la labor del Presidente, a lo largo de seis años, no
fue bien comprendida. Le toca a él hacer un repaso de los motivos por los que
su popularidad no se reflejó en las urnas. Las razones por las que su partido
fue desplazado hasta el tercer lugar.
III.Desde
1989, cuando el PAN le ganó la primera gubernatura al entonces invencible PRI,
consiguió 13 gobiernos estatales por sí mismo, amén de otros cinco que ligó de
la mano de la izquierda. Sin embargo, hasta el momento perdió el gobierno de
ocho de esas entidades y, de acuerdo con las estimaciones, ayer sumó dos
descalabros más por las erráticas gestiones de Emilio González Márquez (Jalisco) y Marco Antonio Adame
(Morelos). El PAN empezó el 2000, cuando ganó la Presidencia, gobernando en 12
entidades. Doce años después sólo van a ser cuatro. Los panistas deberán
mirarse al espejo. Los mexicanos les cobraron su tibieza y la manifiesta
división en el seno de su partido, que marcó la elección de buena parte de sus
candidatos, incluida Josefina
Vázquez Mota como aspirante a encabezar el Ejecutivo.
IV.Para
el PAN, además, la jornada no fue nada bondadosa, porque apunta para terminar
como tercera fuerza política, pues en el Congreso federal se anticipa su caída
en el número de legisladores, que en 2006 fue su cifra récord, con 258
diputados y senadores. El PRI podría obtener la mayoría, de la mano de sus
aliados del Verde y Nueva Alianza. Por cierto, ayer, uno de los más satisfechos
con la situación del blanquiazul fue, precisamente, el ex presidente Vicente Fox, el que
echó al PRI de Los Pinos por primera vez en la historia y predijo que el PAN y
su candidata no ganarían ni con un milagro. La hoguera panista le espera.
V.Andrés Manuel López Obrador
dio ayer una muestra de que su cambio era verdadero. Esta vez no se proclamó el
vencedor de la elección ni anunció actos de resistencia civil. Se quejó, sí, de
lo que consideró un proceso inequitativo. En este cambio, dicen algunos,
tuvieron mucho que ver Cuauhtémoc
y Lázaro Cárdenas,
Juan Ramón de la Fuente
y, claro, Marcelo Ebrard,
cuya gestión al frente del Gobierno del DF y su actuación en el proceso interno
del partido logró unir a las izquierdas para que Miguel Mancera
obtuviera holgado triunfo en la capital del país.
VI.Otra
buena razón para que AMLO
y los partidos de izquierda se contuvieran pasa necesariamente por no empañar
el triunfo histórico que, de confirmarse, habrían logrado Graco Ramírez y Arturo Núñez para
gobernar Morelos y Tabasco, respectivamente. Esas dos plazas, unidas a Guerrero
y el Distrito Federal, les permiten mantenerse vivos. La revancha será en 2018.
Lo ocurrido hace seis años tuvo un costo pesadísimo. Lo saben.
VENTANA
JOSE
CARDENAS
Jaque
Mate
Ni las profecías del fraude
ni las marchas antiPeña ni la rabia de las redes sociales lograron acabar con
el hombre que inició la campaña como claro favorito.
La voz del pueblo, pasada por agua, mandó al PRI de regreso al poder.
Sí, el viejo partido tiene nuevo rostro.
La voz de las urnas confirmó lo que auguraban las encuestas. En 90 días
de campaña pasó de todo para quedar igual.
Ni las profecías del fraude ni las marchas antiPeña ni la rabia
de las redes sociales lograron acabar con el hombre que inició la campaña como
claro favorito.
Tampoco el miedo surtió efecto. Ni el temor a la violencia ni el temor
al viejo autoritarismo priista consiguieron ahuyentar a millones de votantes
que acudieron en masa a las urnas contra todo pronóstico, incluso el
meteorológico.
Los números garantizan la legitimidad de Peña Nieto. La ventaja
es contundente.
Pero… la victoria del PRI (el Verde ni en cuenta) no debe interpretarse
como una patente de corso, para sacar del baúl de la historia las tentaciones
autoritarias del pasado.
México no perdonaría un pecado como ése.
Para López Obrador no hay vuelta atrás, la desventaja le cierra
las puertas a una protesta como la de hace seis años. Aun así, hay que
reconocer que al rondar los 30 puntos superó la expectativa generada a inicios
de la campaña cuando todos le auguraban un modesto tercer lugar.
El triunfo de Enrique Peña Nieto, cuya condición definitiva no se
dará sino hasta agosto, representa ya una oportunidad para iniciar una labor
paciente e incesante de cuya magnitud ni el virtual presidente electo ni alguno
de sus tres adversarios habló durante las campañas: devolverle a este país la
concordia…
Ahora México necesita un presidente que logre la resurrección nacional y
le devuelva certeza a sus ciudadanos.
La gran hazaña nacional por venir necesita un espejo donde el país pueda
mirarse a sí mismo, otra vez, con orgullo.
Si alguna vez el camino fue el nacionalismo revolucionario, hoy el
nacionalismo ya no necesita una revolución.
Basta una copiosa voluntad, para ordenarnos convivir con un sentido
nacional de progreso, de propiedad y de soberanía económica, jurídica… y
política.
Así se entendió el mandato.
El reto es enorme.
MONJE LOCO: Al votar, Andrés
Manuel dijo que este domingo habría fiesta… lo que no aclaró es en dónde.
Para Josefina y sus seguidores, la jornada electoral se inició muerta.
Los panistas la abandonaron… convirtieron la sede de su partido en un desierto.
Dejaron que su candidata cargara solita con todas las pulgas de la derrota.
Enhorabuena por el civismo democrático de Josefina… y por los diez
minutos de fama que le tocaron a Quadri, quien también ganó al no perder
los privilegios de su Maestra.
FINANCIERO
INDICADOR
POLITICO
CARLOS
RAMIREZ
- 2012: hablemos de langostas.
El PRI recuperó la Presidencia, pero...
Independientemente de quien haya ganado las elecciones presidenciales, el verdadero problema político de México radica en el dilema de ahogarse en los particularismos o de veras optar por el modelo de la ruptura democrática.
La única agenda viable será la que parte del hecho de que el proyecto nacional de desarrollo, el consenso de la Revolución Mexicana y el pacto constitucional vigentes apenas darían para transcurrir otro sexenio en la mediocridad como nación, en la versión mexicana del Dr. Panglós del mejor de los mundos posibles y no del deseable.
Lo que viene a partir de hoy es la verdadera gran decisión nacional: el camino de la transición frustrada de Rusia con el retorno de los brujos del pasado o el camino de la transición exitosa de España con una ruptura democrática basada en un nuevo consenso, un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo pacto constitucional.
La agenda de la transición requiere el rediseño institucional del país, la reformulación de la estructura de producción y la reorganización de la tarea del Estado. Esta remodelación de la República no necesita saber quién ganó las elecciones sino si el que las ganó está dispuesto a convertirse en el Adolfo Suárez de la transición mexicana, en el líder del nuevo ciclo nacional.
Lo que está en colapso es la república priista. Los dos sexenios de gobierno panista se hicieron sobre las bases del periodo neoliberal del priismo. De ahí que el PAN no haya tenido demasiado problema en lograr la alternancia partidista en la Presidencia de la República, porque en el ciclo tecnocrático del PRI, de 1982 al 2000, la salida de emergencia de la crisis populista fue el programa conservador del FMI y el Banco Mundial que coincidía con la propuesta del PAN. En 12 años el PAN le dio prioridad a la estabilidad macroeconómica, aun en medio de la severa crisis de 2008-2009, con resultados que siguen asombrando a los técnicos del FMI, pero con un costo social y productivo similar a los tropiezos pasados en el ritmo de crecimiento económico.
Lo que le ha dado prolongación a los ciclos PRI-PAN en la Presidencia de la República ha sido la continuidad del pensamiento económico estabilizador; Vicente Fox nombró secretario de Hacienda a Francisco Gil Díaz, economista formado en la Universidad de Chicago del conservadurismo neoliberal, en la que el eje ideológico fue el neoliberalismo de Milton Friedman; más aún, Gil fue profesor adjunto de Friedman. Y Felipe Calderón designó secretario de Hacienda a Agustín Carstens, subdirector-gerente del Fondo Monetario Internacional.
Con la estrategia económica y de desarrollo en manos de figuras destacadas del neoliberalismo económico, la viabilidad del PAN se estrechó al dilema de estabilidad macroeconómica o gasto social; del otro lado, sin embargo, el PRI y el PRD ni siquiera se preocuparon por abrir un debate en esos términos por la sencilla razón de que el PRI sigue manteniendo la política económica neoliberal de Carlos Salinas de Gortari y el PRD reduce su neopopulismo a programas asistencialistas de corto plazo pero sin romper con la disciplina de estabilidad de las cifras macroeconómicas.
El verdadero dilema de México no radicó en optar por tres opciones partidistas que representaban la misma política económica del priismo neoliberal sino en saber si alguna fuerza política, social, moral, económica e intelectual hubiera sido capaz de abrir el debate sobre el hecho de que la única alternativa estaba en una nueva propuesta de desarrollo, basada en un pensamiento crítico al neoliberalismo. Y se equivocaron quienes pensaron en Keynes porque el economista inglés no promovió una estrategia de desarrollo sino que aconsejó aumentar el gasto público en un mercado más racional que el actual para que el gasto se convirtiera en demanda, la demanda se transformara en oferta y la oferta reactivara el mercado interno.
La ruptura democrática del modelo de desarrollo implica una tarea de búsqueda de un nuevo consenso social para salir de los candados que colocó el PRI al modelo de desarrollo, que logró mantenerlos en el ciclo populista y que se convirtieron en doctrina en el periodo neoliberal priista y que la alternancia panista eludió cualquier intención de abrirlos. El sexenio 2012-2018 será el de la reactivación de la lucha política entre los liderazgos caudillistas de los partidos o puede ser el de la construcción de un nuevo consenso que facilite los cambios en el desarrollo.
La verdad es que no importa saber quién ganó la elección de ayer; el verdadero debate debe darse en función de la urgencia de una movilización social a favor de una ruptura democrática para replantear el modelo de desarrollo o de agotar el impulso social en el conformismo de que un país crece como puede, no como quiere o necesita. Los dos sexenios panistas demostraron la acumulación de rezagos sociales en empleo, bienestar, calidad social, pobreza y marginación por la decisión de mantener la línea de la estabilidad macroeconómica.
La clave de las posibilidades de encontrarle salidas a la crisis y al estancamiento se localiza en la construcción de un nuevo consenso nacional, un nuevo acuerdo político y social a favor de un nuevo proyecto nacional de desarrollo y su correlativa política económica. Mantener otro sexenio de control macroeconómico puede satisfacer al FMI, pero ampliará el margen de bienestar-pobreza que ha sido la tónica desde los años setenta, lo mismo en el populismo que en el neoliberalismo.
De ahí que lo menos importante es saber quién ganó las elecciones, sino si habrá o no un debate sobre la agenda del desarrollo que lamentablemente está ausente en los partidos y sus candidatos. Si el país no rompe en los hechos el dilema continuismo-restauración, vendrán otros seis años de más de lo mismo.
MILENIO
DIARIO
TRASCENDIO
:Que ya a las dos de la tarde de
ayer el presidente Felipe
Calderón sabía, por las encuestas de salida, que Enrique Peña Nieto llevaba una
ventaja de dos dígitos en la votación presidencial.
Pero
no solo eso: desde la semana pasada, en el gobierno federal no faltaron los
funcionarios de alto nivel que, cabizbajos, auguraban la derrota de Acción
Nacional frente al PRI, aunque aseguraban que sería por un margen menor a 10
puntos.
:Que sabedores de las tendencias,
en la sede del PAN cancelaron de plano las conferencias de prensa programadas
ayer ante lo adverso de las encuestas y la falta de elementos para alegar que
existían incidentes mayores que afectaran el desarrollo de la contienda.
A
ese silencio se sumó Josefina
Vázquez Mota, hasta que
finalmente reconoció la estrepitosa derrota del panismo, que de mantener la
Presidencia cayó a tercera fuerza electoral.
:Que, al contrario, desde temprano
los priistas ya celebraban los números favorables para su candidato
presidencial y a través de mensajes circulaban las cifras que arrojaban las
encuestas de salida de los partidos y de Los Pinos.
Todas
las proyecciones se mantenían prácticamente en los mismos márgenes. Solo una
difería: la de Andrés
Manuel López Obrador, en la cual le
atribuían al candidato del llamado Movimiento Progresista una ventaja de 1.5
por ciento sobre Peña.
:Que López Obrador no sorprendió
ayer.
Se
portó igual que hace seis años cuando, al conocer que las cifras no le
favorecían, simplemente se encerró y calificó de inequitativos los comicios.
:Que la diferencia es que ahora,
dicho por los propios perredistas, ni el PRD ni Marcelo Ebrard, y mucho menos Miguel Ángel Mancera ,apoyarán una
eventual protesta poselectoral de AMLO.
Lo
que sigue, aseguran, es comenzar a impulsar, desde la posición de la alianza
PRD-PT-MC como segunda fuerza electoral, la reconstrucción de la izquierda como
opción para la Presidencia en 2018 con un candidato “moderno y conciliador”.
:Que los integrantes del Consejo
General del IFE, presidido por Leonardo
Valdés Zurita, aprendieron en
cabeza ajena de la elección de 2006 y por ello acordaron contrarrestar
cualquier descalificación al proceso electoral con información actualizada a lo
largo de la jornada.
LA
HISTORIA EN BREVE
CIRO
GOMEZ LEYVA
Peña Nieto y el ciego que
no quiere ver
Hace exactamente 52 lunes, un día después del aplastante triunfo del PRI
en la elección del Estado de México, expresé que la derrota del PAN y las izquierdas
estaba cantada, pero no se dieron cuenta, o hicieron como que no oían.
Se había impuesto la lógica. Por eso el compromiso número uno de quienes
pensaban que podían derrotar al PRI el primer domingo de julio de 2012 tenía
que ser con la realidad.
Las cifras positivas de Enrique Peña Nieto eran solares; las negativas
de Andrés Manuel López Obrador, fúnebres. Pero con el petate del muerto de no
fracturar a la izquierda, el PRD hizo como que no veía y armó un proceso que
liquidaría a otro candidato que no habría partido tan atrás, Marcelo Ebrard.
Resultado: López Obrador perdió; Ebrard y los suyos masacraron a los priistas
en la capital.
El PAN carecía en julio de un candidato con fuerza para dar la batalla
de 2012. Le urgía meter a uno al gimnasio. Para finales de agosto era claro que
las bases blanquiazules querían a Josefina Vázquez Mota. En vez de asumirlo, la
jerarquía panista preparó una contienda interna que dejó encono y
humillaciones. Resultados: dos sexenios en el poder terminan en un domingo de
pesadilla.
Peña Nieto no era invencible, pero pesaron más las pugnas intestinas,
las tribulaciones, las cabezas gachas, las supersticiones, las claudicaciones.
Que no vengan ahora con que es una imposición o el ejercicio masoquista de
millones de mexicanos que votaron por él.
Los responsables del regreso del PRI a Los Pinos tienen nombre y
apellido: López Obrador, Marcelo Ebrard, Felipe Calderón, Gustavo Madero y la
mediocre nomenklatura panista.
Habrá sorprendidos, pero no hay sorpresa. Aquí sí que no hubo peor ciego
que el que no quiso ver.
REFORMA
TEMPLO MAYOR
EN
ESTE MOMENTO la pregunta que todos se hacen es: ¿con cuál PRI va a gobernar
Enrique Peña Nieto?
PORQUE
en su equipo lo mismo está un técnico como Luis Videgaray que un rudo como
Miguel Osorio Chong.
¿EL
PRIISMO de Peña es el del líder sindical Carlos Romero Deschamps que vive como
jeque árabe? ¿O el de Pedro Joaquín Coldwell que se declara avergonzado por el
dirigentepetrolero?
¿ES
EL PRI de Emilio Chuayffet oponiéndose con todo el poder del Grupo Atlacomulco
a la reforma política? ¿O es el de Manlio Fabio Beltrones que insiste en darle
más poder a los ciudadanos?
Y
NO ES cuestión de edad: ahí está Javier Duarte encarcelando tuiteros en
contrastecon Jesús Murillo Karam impulsandolos derechos humanos.
HAY
UN PRIISMO como el de Rodrigo Medina que combate más la transparencia que la
delincuencia. En contraparte está el de Francisco Labastida que no ceja en
impulsar una nueva cultura de la legalidad.
ESTÁ
el estilo de gobernar endeudando como Humberto Moreira o el del crecimiento
económico de José Calzada.
CUANDO
Enrique Peña abra finalmente sus cartas de gobierno se sabrá qué tan grande
será su bono democrático.
ERA
su peor pesadilla... ¡y se le cumplió! Felipe Calderón será el panista que
devolverá la banda presidencial a un priista.
Y
NO SÓLO ESO: la derrota del panismo es superior a la que sufrió el PRI en el
2000: además de la Presidencia, pierde también Jalisco y Morelos; en el DF
queda borrado y a nivel nacional pasa a ser ¡la tercera fuerza!
DIVISIONES
INTERNAS, una campaña presidencial con altibajos, publicidad errática y en
algunos casos incomprensible -¿alguien entendió lo de "diferente"?- y
un fuerte desencanto ciudadano fueron algunas de las claves de la debacle
albiazul.
HAY
QUIENES CREEN que tal y como lo hizo en 2009 Germán Martínez, pronto presente
su dimisión Gustavo Madero como dirigente nacional panista.
EN
LA ELECCIÓN hubo de todo, como en botica.
MIENTRAS
Elba Esther Gordillo se presentó en su casilla ataviada con un sobrio traje
sastre y sus gafas Gucci, su muchacho Gabriel Quadri... ¡llegó en shorts!
LOS
QUE no votaron donde les correspondía fueron Gustavo Madero y Andrés Manuel
López Obrador.
EL
PANISTA sufrió para sufragar en una casilla especial del DF, pues está
registrado en Chihuahua. Y el perredista no ha actualizado su domicilio ante el
IFE: sigue votando en el popular Copilco cuando hace mucho que vive en la
acomodada Colonia Del Valle.
LO
QUE no hubo -y hay que destacarlo- fue el cúmulo de irregularidades que algunos
esperaban. Ni la denuncia terrible de observadores electorales, ni el reclamo
de los protagonistas.
TAMPOCO
se vio, al menos ayer, la mano ensangrentada del crimen organizado ensuciando
las elecciones.
DA
LA IMPRESIÓN que las cosas funcionaron más que bien. ¿Será que finalmente
llegamos a ese mundo raro llamado "normalidad democrática"? Es
pregunta con el dedo entintado.
POR
CIERTO, ¿por qué cuando ya las casillas habían cerrado y el PREP arrojaba las
primeras cifras, en la televisión seguían apareciendo los spots del IFE?
HAN
DE CREER quienes programan las pautas electorales que los 40 millones de spots
transmitidos ¡no fueron suficientes!
UNIVERSAL
ITIENERARIO POLITICO
RICARDO ALEMAN
Regresa
el PRI; el PAN, gran derrotado
Asistimos al fracaso cultural de la derecha
en el poder presidencial
A pesar de que el candidato presidencial del PRI fue sometido a una de las más agresivas campañas electorales que se recuerden, al final de la contienda se confirmó la tendencia marcada por la mayoría de las encuestas, que pronosticaron la victoria de Enrique Peña Nieto.
Es decir, que la hipótesis impensable apenas hace meses –el eventual regreso del PRI al poder presidencial–, se hizo realidad gracias a una votación mayoritaria a favor del candidato presidencial del PRI.
Pero si bien es cierto que resultan ganadores el PRI y Peña Nieto, lo cierto es que no podemos hablar del regreso de un partido tricolor nuevo, más democrático y moderno. No, lo cierto es que debemos insistir en que más que la victoria del PRI, asistimos al fracaso cultural de la derecha en el poder presidencial y de las izquierdas, cuyo candidato lleva más de una década en campaña.
Por lo pronto, y una vez electo Peña Nieto como nuevo presidente, aparecen las preguntas obligadas. ¿Cuál es el PRI que regresa? ¿Acaso estará de vuelta el viejo partido corrupto, autoritario, nada democrático, enamorado de la opacidad y la transa? ¿O veremos a un partido moderno, eficaz y capaz de sacar adelante las grandes reformas que requiere el país? Y para lograr ese objetivo, el PRI requiere de mayoría en el Congreso.
Y son muchos los indicios de que de que el triunfo de Peña Nieto en la elección presidencial también se pudiera extender al Congreso, ya que en las cámaras de diputados y senadores parece configurarse otra victoria tricolor que pudiera ser histórica. ¿Por qué histórica? Porque el PRI pudiera recuperar la mayoría en el Congreso; un control que perdió en 1997.
Sólo falta que el IFE valide el resultado de la elección, para confirmar que los mexicanos decidieron no sólo por el regreso del partido tricolor –con una amplia mayoría en la contienda presidencial–, sino que parecen convencidos de la importancia de una mayoría en el Congreso.
Pero tampoco es todo para el tricolor. El PRI se llevó la victoria en los gobiernos de Yucatán, Jalisco y Chiapas –éste en alianza con el PVEM–, además de que pelea Tabasco y Morelos.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas para el PRI. Si bien pasó del tercero al segundo lugar, el tricolor fracasó estrepitosamente en el Distrito Federal. Es decir, que en la capital mexicana el gran triunfador resultó ser el candidato de las izquierdas, Miguel Ángel Mancera, quien arrasó con una ventaja de más de 40 puntos porcentuales sobre la fallida campaña de Beatriz Paredes, quien cayó del 40% de las preferencias a casi el 24% de las tendencias.
Y si bien el PRI no logró llevarse el llamado “zapato” –triunfo total–, lo cierto es que el PAN fue el gran fracasado; resultó apaleado por todos los flancos. En otras palabras, que el partido azul perdió la presidencia de la república, cayó al tercer lugar en el Congreso; perdió los gobiernos de Jalisco y Morelos y, por si faltara, fue derrotado en sus tres jefaturas delegaciones del DF. En otras palabras, que el PAN fue el gran derrotado, a pesar de ser el partido en el poder presidencial.
Por lo pronto, tres grandes preguntas gravitan en el ánimo del electorado, en general, y en el de los simpatizantes de los candidatos derrotados. ¿Qué van a decir, por ejemplo, los lopezobradoristas, una vez que se confirmó que su candidato les mintió; que no era cierto que iba arriba de Peña Nieto en las encuestas?
¿Qué van a decir los simpatizantes de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, cuando descubran que la candidata les mintió, cuando pregonaba que estaba a cuatro seis u ocho puntos de distancia arriba de Peña Nieto? ¿Y que van a decir todos los ciudadanos que descalificaron las encuestas; que decían que las encuestas mentían, que eran tramposas y a modo para el PRI; una vez que todas o casi todas se aproximaron al resultado final? ¿Y que van a decir todos los ciudadanos a los que se engañó con el cuento de un eventual fraude?
Lo cierto es que la elección de ayer resultó ejemplar, a pesar de las campañas de odio, de guerra sucia, del fanatismo y las mentiras de políticos y candidatos; a pesar de los augurios negativos, amenazas y amagos…
Por lo pronto, y en una muestra ejemplar de civilidad, madurez y grandeza –y de que son mujeres y hombres demócratas–, reconocieron su derrota la candidata del PRI al gobierno del Distrito Federal, Beatriz Paredes; reconoció su derrota la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota y –también como un demócrata–, aceptó la derrota el candidato Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza. Hasta el cierre de esta edición todos esperaban que el candidato López Obrador reconociera su derrota.
A pesar de que el candidato presidencial del PRI fue sometido a una de las más agresivas campañas electorales que se recuerden, al final de la contienda se confirmó la tendencia marcada por la mayoría de las encuestas, que pronosticaron la victoria de Enrique Peña Nieto.
Es decir, que la hipótesis impensable apenas hace meses –el eventual regreso del PRI al poder presidencial–, se hizo realidad gracias a una votación mayoritaria a favor del candidato presidencial del PRI.
Pero si bien es cierto que resultan ganadores el PRI y Peña Nieto, lo cierto es que no podemos hablar del regreso de un partido tricolor nuevo, más democrático y moderno. No, lo cierto es que debemos insistir en que más que la victoria del PRI, asistimos al fracaso cultural de la derecha en el poder presidencial y de las izquierdas, cuyo candidato lleva más de una década en campaña.
Por lo pronto, y una vez electo Peña Nieto como nuevo presidente, aparecen las preguntas obligadas. ¿Cuál es el PRI que regresa? ¿Acaso estará de vuelta el viejo partido corrupto, autoritario, nada democrático, enamorado de la opacidad y la transa? ¿O veremos a un partido moderno, eficaz y capaz de sacar adelante las grandes reformas que requiere el país? Y para lograr ese objetivo, el PRI requiere de mayoría en el Congreso.
Y son muchos los indicios de que de que el triunfo de Peña Nieto en la elección presidencial también se pudiera extender al Congreso, ya que en las cámaras de diputados y senadores parece configurarse otra victoria tricolor que pudiera ser histórica. ¿Por qué histórica? Porque el PRI pudiera recuperar la mayoría en el Congreso; un control que perdió en 1997.
Sólo falta que el IFE valide el resultado de la elección, para confirmar que los mexicanos decidieron no sólo por el regreso del partido tricolor –con una amplia mayoría en la contienda presidencial–, sino que parecen convencidos de la importancia de una mayoría en el Congreso.
Pero tampoco es todo para el tricolor. El PRI se llevó la victoria en los gobiernos de Yucatán, Jalisco y Chiapas –éste en alianza con el PVEM–, además de que pelea Tabasco y Morelos.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas para el PRI. Si bien pasó del tercero al segundo lugar, el tricolor fracasó estrepitosamente en el Distrito Federal. Es decir, que en la capital mexicana el gran triunfador resultó ser el candidato de las izquierdas, Miguel Ángel Mancera, quien arrasó con una ventaja de más de 40 puntos porcentuales sobre la fallida campaña de Beatriz Paredes, quien cayó del 40% de las preferencias a casi el 24% de las tendencias.
Y si bien el PRI no logró llevarse el llamado “zapato” –triunfo total–, lo cierto es que el PAN fue el gran fracasado; resultó apaleado por todos los flancos. En otras palabras, que el partido azul perdió la presidencia de la república, cayó al tercer lugar en el Congreso; perdió los gobiernos de Jalisco y Morelos y, por si faltara, fue derrotado en sus tres jefaturas delegaciones del DF. En otras palabras, que el PAN fue el gran derrotado, a pesar de ser el partido en el poder presidencial.
Por lo pronto, tres grandes preguntas gravitan en el ánimo del electorado, en general, y en el de los simpatizantes de los candidatos derrotados. ¿Qué van a decir, por ejemplo, los lopezobradoristas, una vez que se confirmó que su candidato les mintió; que no era cierto que iba arriba de Peña Nieto en las encuestas?
¿Qué van a decir los simpatizantes de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, cuando descubran que la candidata les mintió, cuando pregonaba que estaba a cuatro seis u ocho puntos de distancia arriba de Peña Nieto? ¿Y que van a decir todos los ciudadanos que descalificaron las encuestas; que decían que las encuestas mentían, que eran tramposas y a modo para el PRI; una vez que todas o casi todas se aproximaron al resultado final? ¿Y que van a decir todos los ciudadanos a los que se engañó con el cuento de un eventual fraude?
Lo cierto es que la elección de ayer resultó ejemplar, a pesar de las campañas de odio, de guerra sucia, del fanatismo y las mentiras de políticos y candidatos; a pesar de los augurios negativos, amenazas y amagos…
Por lo pronto, y en una muestra ejemplar de civilidad, madurez y grandeza –y de que son mujeres y hombres demócratas–, reconocieron su derrota la candidata del PRI al gobierno del Distrito Federal, Beatriz Paredes; reconoció su derrota la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota y –también como un demócrata–, aceptó la derrota el candidato Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza. Hasta el cierre de esta edición todos esperaban que el candidato López Obrador reconociera su derrota.