Eva Longoria está muy lejos de ser una esposa desesperada; al contrario, ella es una mujer de buen carácter, enamorada, emprendedora y que, desde hace mucho tiempo, se ha sumado a las voces que luchan por los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. Nació en Texas, tiene ascendencia española, pero su corazón está con México. Así lo señaló ayer en la conferencia de prensa donde presentó su perfume cítrico y sensual al que llamó Eva.
“Quise compartir este proyecto con mi gente de México”, señaló en un perfecto español, aunque el resto de la plática se llevó a cabo en inglés, pues: “no sé qué me pasa en México, que siempre me da miedo hablarlo”, argumentó la actriz, productora y activista.
Durante la conferencia, la esposa de Tony Parker siempre mantuvo una sonrisa en los labios y mostró su buen humor, por ejemplo, cuando se bajó de la silla que le tenían preparada porque explicó que con el ajustado vestido que llevaba puesto no podía ni respirar y prefería estar de pie; también cuando se le preguntó de sus secretos de belleza, entre los cuales mencionó: “usar pestañas postizas y tacones muy altos”, porque ella es muy bajita de estatura.
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